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El espectáculo protagonizado por Paloma San Basilio no es un musical al uso, tampoco un montaje teatral, ni tan siquiera un concierto. Es una propuesta diferente, para muchos un repaso a los grandes temas de los musicales de Broadway y la Gran Vía madrileña, para otros un montaje inconexo, pero para la mayoría del público un espectáculo que desprende buenas voces y un despliegue musical digno del Teatro Romano de Mérida.
No se van a encontrar una obra de teatro, por mucho que Guillem-Jordi Graells haya hecho un trabajo de ‘chinos’ para hilar a través de la música la historia de los grandes mitos de la cultura clásica. ¿El objetivo? Contar que ‘Peristera’, Paloma en griego, es la décima musa. Musa olvidada por los autores clásicos porque representa la igualdad. Una igualdad olvidada y que reaparece encarnada en Paloma San Basilio para realizar una particular‘revisión’ de los mitos, con un carácter contestatario y con una reflexión en voz alta: La Mujer a pesar de los siglos sigue luchando por igualarse al hombre. Uno de los temas musicales utilizados como recurso narrativo, precisamente cuenta las posibilidades de la protagonista para hacer “exactamente lo mismo” que cualquier hombre, convertido en dios en este caso, como Baco y Apolo. Los dos protagonistas, Ignasi Vidal y David Ordinas, respectivamente.
Y a partir de ahí, el montaje es una sucesión de temas. Tema y aplauso. Despliegue de voces y música en directo, con una de las mejores bandas que han pasado en los últimos años por la arena del Teatro Romano. Quizás el sabor de boca final es algo agridulce, puesto que al espectáculo le falta movilidad sobre la escena (pero la composición del barco sobre el que se asienta la banda, y el embarcadero que se come unos metros la orchestraimpide que los actores se salgan del espacio y aprovechen más la amplia boca del monumento).
Los protagonistas demuestran, una vez más, su capacidad para interpretar y cantar, casi sin despeinarse. Pero le falta quizás, a mi juicio, algo de ‘alma’ al montaje. Se echa de menos composiciones originales y una dramaturgia más extensa. Por momentos, en las piezas de Antígona o Fedra, la carga dramática es perfecta, aunque sabe a poco. El resto es una sucesión de temas. Un cuentacuentos revisado que, eso sí, realiza de forma perfecta y muy pedagógica la explicación de los grandes mitos clásicos.
Pero por encima de todo, destaca uno de los protagonistas. David Ordinas, mallorquín, con un amplio recorrido en los musicales españoles, que consigue con su interpretación, movimientos, tonos…Es capaz con su garganta de poner la piel de gallina en cada uno de los temas que interpreta. Además, se le ve cómodo sobre un escenario que impone, y que puede comerse a cualquier artista. Parece que ha nacido para actuar en el Teatro Romano de Mérida. Creíble, sensible, divertido…a veces hasta con toques canallas en varios momentos del montaje. Ordinas se reivindica como uno de los grandes actores que ha pasado por el Festival de Mérida. Su curriculo es espectacular, con múltiples premios. Pero redescubrirlo en Mérida abre la posibilidad de que este cantante y actor pueda participar en los mejores montajes de la escena española. #BienvenidoOrdinas a tu casa. Y ojalá tengamos la posibilidad de seguir disfrutando de ese timbre de voz por muchos años. Ya fue ‘la bestia’ del musical ‘La bella y la Bestia’ y ayer además hizo un guiño a uno de los grandes temas del musical de Disney. Si por algo merece la pena, a mi juicio, ‘La décima musa’ es por sentir y descubrir al actor mallorquín en el Teatro Romano.
Aún le quedan funciones a Paloma San Basilio y su equipo. De momento estará en cartel en Mérida hasta el domingo 10 de julio.
Leer critica: Hoy.es
Autor: Paco Vadillo
Foto: David Ordinas
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