EN VENIDOS A MENOS "Buscamos la risa que no se puede controlar, la que después te hace sentir fatal, la más pura"

ANA BAENA. VIGO 

Actor y cantante especializado en musicales, David Ordinas recibió el premio Butaca al Mejor Actor de Musical 2009 por su intervención de la Bestia. También participó en “Cats”, “Grease” o “Los Miserables”. Comparte escenario con Pablo Puyol, actor de series de televisión como “Un paso adelante” y miembro del grupo Upa Dance. Ambos componen e interpretan un espectáculo muy especial del que Ordinas habló para Atlántico.

“VENIDOS A MENOS” es un nombre muy sugerente. ¿Por qué ese título?

Porque nos daba mucho juego. Es una frase que define muy bien lo que pasa en España en estos momentos, pero también reflejaba nuestra situación personal. Era como nos sentíamos nosotros. Durante el proceso de escritura, había momentos en que nos atascábamos y siempre acabábamos definiendo a los personajes como “venidos a menos” hasta que nos dimos cuenta de que esa era la expresión que mejor definía lo que queríamos hacer. A partir de ahí todo fue más fácil.

Esta obra tiene la firma tanto de Pablo Puyol como Ordinas. ¿Cómo se repartieron la composición?

La música es mía y los guiones de Pablo. Teníamos ganas de hacer algo juntos, le llevé unas canciones y empezamos a trabajar sobre ellas. Hablamos mucho, nos pasamos horas escribiendo y borrando. Fue fácil llegar a un consenso porque tenemos un sentido del humor similar.

En una época de etiquetas, hay quien tildó este show como “cabaret de garaje”. ¿Cómo lo define?

Es muy difícil clasificarlo. Sigue el formato, tiempo y lenguaje de monólogo, pero luego también está la guitarra y el piano. De cabaret tiene poco y de garaje, no sé. Surgió en un sala de estar, pero también podía ser en un garaje. Si se refiere a que es cutre, pues, sí, lo es.

Dice que comparten sentido del humor. ¿De qué se ríen?

Es un humor muy bestia, sin pelos en la lengua. Buscamos la risa que no se puede controlar, que después te hace sentir fatal. Es la risa más pura. Nos reímos de todo y de todos, empezando por nosotros mismos. Si no funcionaba, nuestra estrategia era que nos demandasen por mal gusto y el morbo trajese público, pero no hizo falta.